El amor es este triunfo, esta valiente reciprocidad que no exige sino aquello que se le da. ANTONIO GALA. EL MANUSCRITO CARMESÍ
Dicen de él que es el verdadero motor del mundo, aunque la verdad es que cueste creerlo echándole una mirada general y observando como está o como lo estamos dejando, lleno de cosas tan desagradables como rencillas, enfrentamientos, competitividad, racismo, violencia, descarnadas luchas por el poder y el dinero, guerras sin sentido, hambrunas, maltratos a mujeres, a niños, terrorismo... No dan ganas de salir de casa. Eso si la tienes. Creo que por eso resulta tan agradable refugiarse en algo tan maravilloso como la literatura, donde desde un privilegiado mirador, uno puede asomarse a otros mundos y otras vidas, aislándose un rato de todas estas cosas que amargan la cotidianidad de cada día, la cual seria diferente si todos la mirásemos a través del caleidoscopio mágico del amor y sus bondades. Desde los más remotos tiempos los escritores se han ocupado del amor, contándonos sus experiencias o hablándonos del amor en si mismo, haciendo soñar a hombres y mujeres con sus dulces deleites y cambiándonos por un rato el color de las cosas. No hay duda de que es un gran tema, pero lo mejor es dejarle entrar en tu vida, viviéndolo en primera persona.
El amor es una experiencia algo peculiar, no es digamos... muy formal ni puntual. Llega a veces sin avisar, cuando menos te lo esperas, sin buscarlo, entrando en las vidas como un viento huracanado, derribando esquemas, proyectos, pretensiones o prejuicios y hasta ideales o tradiciones. Luego una ligera brisa retira la niebla que no te dejaba ver o sentir, haciéndote diferente, descubriéndote. El amor se filtra por todos los sentidos, haciendo a las personas más nobles, generosas y fuertes. Te miras al espejo y sí, eres tú pero... algo ha cambiado. Ya no hay muros, ni barreras de ningún tipo, ni humanas, ni sociales, ni raciales. Todo es hermoso y así hay que brindárselo a la persona amada, quien ha hecho surgir en ti la esperanza de vivir de otra manera, siempre adelante, todas las velas desplegadas por y para ella, tenemos un rumbo y hay viento, pues naveguemos. No hay distancias para el amor, ni esfuerzos. Aunque a veces halla que navegar esquivando arrecifes, atravesar tormentas y galernas, soportar con paciencia la falta de viento o luchar a brazo partido con fieros enemigos, la intolerancia, la soberbia, el orgullo, la incomprensión... Todo debería tranquilizarse a nuestro alrededor tamizado por su mano, suave como una caricia, solo la intensidad de un abrazo.
Dedicado a J.C. y Susi que me han enseñado tanto y por supuesto a mi mujer a quien tanto quiero.
ILUSTRACIÓN: LOLA GUZMAN
Dicen de él que es el verdadero motor del mundo, aunque la verdad es que cueste creerlo echándole una mirada general y observando como está o como lo estamos dejando, lleno de cosas tan desagradables como rencillas, enfrentamientos, competitividad, racismo, violencia, descarnadas luchas por el poder y el dinero, guerras sin sentido, hambrunas, maltratos a mujeres, a niños, terrorismo... No dan ganas de salir de casa. Eso si la tienes. Creo que por eso resulta tan agradable refugiarse en algo tan maravilloso como la literatura, donde desde un privilegiado mirador, uno puede asomarse a otros mundos y otras vidas, aislándose un rato de todas estas cosas que amargan la cotidianidad de cada día, la cual seria diferente si todos la mirásemos a través del caleidoscopio mágico del amor y sus bondades. Desde los más remotos tiempos los escritores se han ocupado del amor, contándonos sus experiencias o hablándonos del amor en si mismo, haciendo soñar a hombres y mujeres con sus dulces deleites y cambiándonos por un rato el color de las cosas. No hay duda de que es un gran tema, pero lo mejor es dejarle entrar en tu vida, viviéndolo en primera persona.
El amor es una experiencia algo peculiar, no es digamos... muy formal ni puntual. Llega a veces sin avisar, cuando menos te lo esperas, sin buscarlo, entrando en las vidas como un viento huracanado, derribando esquemas, proyectos, pretensiones o prejuicios y hasta ideales o tradiciones. Luego una ligera brisa retira la niebla que no te dejaba ver o sentir, haciéndote diferente, descubriéndote. El amor se filtra por todos los sentidos, haciendo a las personas más nobles, generosas y fuertes. Te miras al espejo y sí, eres tú pero... algo ha cambiado. Ya no hay muros, ni barreras de ningún tipo, ni humanas, ni sociales, ni raciales. Todo es hermoso y así hay que brindárselo a la persona amada, quien ha hecho surgir en ti la esperanza de vivir de otra manera, siempre adelante, todas las velas desplegadas por y para ella, tenemos un rumbo y hay viento, pues naveguemos. No hay distancias para el amor, ni esfuerzos. Aunque a veces halla que navegar esquivando arrecifes, atravesar tormentas y galernas, soportar con paciencia la falta de viento o luchar a brazo partido con fieros enemigos, la intolerancia, la soberbia, el orgullo, la incomprensión... Todo debería tranquilizarse a nuestro alrededor tamizado por su mano, suave como una caricia, solo la intensidad de un abrazo.
Dedicado a J.C. y Susi que me han enseñado tanto y por supuesto a mi mujer a quien tanto quiero.
ILUSTRACIÓN: LOLA GUZMAN
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