Este fue mi pequeño homenaje a las victimas del 11M, el día en que algo cambio dentro de muchos de nosotros.
EL DEBER DE NO OLVIDAR
Aquel día sonó el despertador como todos los días. Me senté en la cama pensando en que, aunque era fiesta local yo curraba, era para mí y para tanta gente un día normal, o al menos debería haberlo sido. Me resigne y comencé la jornada pensando en que haría por la tarde. Saldría de trabajar a las seis, me iría a casa, nos arreglaríamos un poco, llevaría a mi mujer y a mi hijo a la feria, le montaría en los cacharritos, unos churros, en fin, lo normal, un ratito y a casa por que al día siguiente había que continuar con la rutina. Si, así debiera haber sido.
Alguien llego a la obra con noticias realmente alarmantes. No dijo bomba, dijo bombas; dijo en Madrid, dijo en trenes y dijo la hora aproximada en que había ocurrido.
Nos quedamos en silencio, sin mirarnos. Todos sabíamos que la magnitud de esto era mayor que en otras ocasiones.
Recordé que yo una vez había cogido un tren en Parla para ir a Madrid y hacer allí un trabajo de un día, un encargo del que entonces era mi jefe. Cuando me subí al tren, muy temprano, iba mucha gente. Unos dormían, otros leían, otros no hacían mas que pensar, como yo. En cada parada el tren se llenaba mas y más.
Me entretuve en imaginar a que iba aquella gente a Madrid. El señor mayor, con la piel de la cara y las manos curtidas por la intemperie y el trabajo, este es de la construcción, como yo. El chico de la carpeta y los auriculares, este va a estudiar ¿qué estudiara?. El señor del traje con el abrigo sobre las rodillas y el maletín sujeto firmemente, este trabaja en un banco o algo así. ¿Y la chica que esta de pie a su lado? Es muy guapa, fijo que es enfermera. Gente; gente normal hacia sus vidas normales, a ganarse el pan o a estudiar o a hacer con su vida, la que han elegido libremente, lo que les de la gana. Gente a luchar por salir adelante con sus familias, digna y honradamente para cumplir sus sueños. Porque trabajar, eso si es luchar, luchar día a día por la libertad de cada uno y por el bien común. Pacíficamente, calladamente, muy lejos de ideologías irreales o de religiones sin sentido.
Lo primero que dije cuando reaccione fue: “ Esos trenes van llenos de obreros “. Para mí él termino “ obrero “ engloba muchas cosas, significa trabajo, futuro, vida, ilusiones, sueños, lucha, amor, hijos, esperanza... tantas cosas. Por eso: ¿Quién se cree con el derecho de quitarle a alguien estas y otras cosas? ¿en nombre de que o de quien arrebatan la vida de un hijo/a, un esposo /a, un padre, una madre, un amigo /a.
No hay Estado, ni religión, ni político, que pueda exigir la vida de un ser humano, lo llamen terrorismo, lucha armada o nos lo maquillen llamándolo guerra.
Aquel 11 de Marzo que debía haber sido normal, un día feliz, se llevo la vida de cientos de personas y dejo a miles con graves secuelas físicas y psíquicas. Todo por obra de unos dementes sin conciencia ni sentimientos. A mí, ni se me ha olvidado ni se me olvidara nunca. Suelo pensar muy a menudo con tristeza y respeto en las vidas que se perdieron aquel triste día, en las vidas que quitaron y en lo que cambio en mi.
Sé que algún día tendré que contarle a mis hijos lo que ocurrió. No se como me lo montare para explicárselo, pero si les diré que procuren apartar de sus vidas cosas como el fanatismo, el dogmatismo, la tiranía, la intolerancia o la ignorancia y así conseguirán con ayuda de su trabajo y esfuerzo ser un poco más libres, un poco mas felices. Y que la creatividad no es algo exclusivo del arte, sino que debe ser una herramienta mas para hacer la convivencia en este mundo, cada vez mas complicado, algo verdadero y posible.
Aquel día sonó el despertador como todos los días. Me senté en la cama pensando en que, aunque era fiesta local yo curraba, era para mí y para tanta gente un día normal, o al menos debería haberlo sido. Me resigne y comencé la jornada pensando en que haría por la tarde. Saldría de trabajar a las seis, me iría a casa, nos arreglaríamos un poco, llevaría a mi mujer y a mi hijo a la feria, le montaría en los cacharritos, unos churros, en fin, lo normal, un ratito y a casa por que al día siguiente había que continuar con la rutina. Si, así debiera haber sido.
Alguien llego a la obra con noticias realmente alarmantes. No dijo bomba, dijo bombas; dijo en Madrid, dijo en trenes y dijo la hora aproximada en que había ocurrido.
Nos quedamos en silencio, sin mirarnos. Todos sabíamos que la magnitud de esto era mayor que en otras ocasiones.
Recordé que yo una vez había cogido un tren en Parla para ir a Madrid y hacer allí un trabajo de un día, un encargo del que entonces era mi jefe. Cuando me subí al tren, muy temprano, iba mucha gente. Unos dormían, otros leían, otros no hacían mas que pensar, como yo. En cada parada el tren se llenaba mas y más.
Me entretuve en imaginar a que iba aquella gente a Madrid. El señor mayor, con la piel de la cara y las manos curtidas por la intemperie y el trabajo, este es de la construcción, como yo. El chico de la carpeta y los auriculares, este va a estudiar ¿qué estudiara?. El señor del traje con el abrigo sobre las rodillas y el maletín sujeto firmemente, este trabaja en un banco o algo así. ¿Y la chica que esta de pie a su lado? Es muy guapa, fijo que es enfermera. Gente; gente normal hacia sus vidas normales, a ganarse el pan o a estudiar o a hacer con su vida, la que han elegido libremente, lo que les de la gana. Gente a luchar por salir adelante con sus familias, digna y honradamente para cumplir sus sueños. Porque trabajar, eso si es luchar, luchar día a día por la libertad de cada uno y por el bien común. Pacíficamente, calladamente, muy lejos de ideologías irreales o de religiones sin sentido.
Lo primero que dije cuando reaccione fue: “ Esos trenes van llenos de obreros “. Para mí él termino “ obrero “ engloba muchas cosas, significa trabajo, futuro, vida, ilusiones, sueños, lucha, amor, hijos, esperanza... tantas cosas. Por eso: ¿Quién se cree con el derecho de quitarle a alguien estas y otras cosas? ¿en nombre de que o de quien arrebatan la vida de un hijo/a, un esposo /a, un padre, una madre, un amigo /a.
No hay Estado, ni religión, ni político, que pueda exigir la vida de un ser humano, lo llamen terrorismo, lucha armada o nos lo maquillen llamándolo guerra.
Aquel 11 de Marzo que debía haber sido normal, un día feliz, se llevo la vida de cientos de personas y dejo a miles con graves secuelas físicas y psíquicas. Todo por obra de unos dementes sin conciencia ni sentimientos. A mí, ni se me ha olvidado ni se me olvidara nunca. Suelo pensar muy a menudo con tristeza y respeto en las vidas que se perdieron aquel triste día, en las vidas que quitaron y en lo que cambio en mi.
Sé que algún día tendré que contarle a mis hijos lo que ocurrió. No se como me lo montare para explicárselo, pero si les diré que procuren apartar de sus vidas cosas como el fanatismo, el dogmatismo, la tiranía, la intolerancia o la ignorancia y así conseguirán con ayuda de su trabajo y esfuerzo ser un poco más libres, un poco mas felices. Y que la creatividad no es algo exclusivo del arte, sino que debe ser una herramienta mas para hacer la convivencia en este mundo, cada vez mas complicado, algo verdadero y posible.
4 comentarios:
bien Pedro, bien, te he añadido ya a mis enlaces. Espero que veamos muchas más cosas tuyas en este blog. Lo estaremos leyendo.
Madre mia, he visto que tenia un comentario y me ha dado un vuelco el corazon, menos mal que eres tu, gracias por la visita.
Mi más sincera enhorabuena por esta exposición que has hecho de lo que debe ser la libertad de las personas,estoy contigo,fuera los dogmatismos, idealismos,fanatismos que atan a las personas y no les deja ser libres.
Muchas gracias,es el primer comentario de una persona que no conozco, entonces, es verdad, esto lo ve la gente...En serio,gracias,lo malo es que los fanaticos, intransigentes, prepotentes y gente asi no leen blogs de este tipo.Bueno... alla ellos.
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